El día viernes 22 de junio bajo aprobación del congreso nacional del Paraguay se ha destituido al que legítimamente fue elegido presidente (2008), Fernando Lugo.
Fernando Lugo es profesor y durante gran parte de su vida se dedico a labores eclesiásticas, llegando a ser Obispo de la diócesis de San Pedro, no obstante para poder dedicarse a la política pide su renuncia al Vaticano, la cual es aceptada por Benedicto XVI el año 2007. En vista de su cercanía con el mundo rural y más vulnerable que alcanza (generalmente) cualquier sacerdote, es posible corroborar el destino de la toma de decisiones que llevaba a cabo este presidente.
Sin embargo, y en base a lo que fueron los cinco argumentos de su destitución, se reclama principalmente su falta de expertiz como gobernante, al no poder controlar la delincuencia, de responder a los caprichos de los campesinos utilizando a militares en estas acciones, en tanto, provocando inestabilidad y caos en una sociedad que está por debajo de los estándares de estabilidad e institucionalidad política.
Cómo en todas las cosas, existen quienes consideran que esto fue un golpe de Estado, o dicho en otras palabras un proceso que escapa a la constitucionalidad paraguaya. Tanto Argentina como Brasil evalúan retirar a sus embajadores situados en Asunción, mientras que otros más duros como Venezuela enfatizan que fue un golpe y que no reconocerán a Federico Franco como un presidente legítimo.
Entonces, ¿qué se viene?. La presencia de Lugo en la XLIII Cumbre del MERCOSUR explicando sus desafuero. La instancia en que pueda recibir formalmente el apoyo de sus pares, o de quienes fueron sus colegas mandatarios.
En concreto, solo queda esperar las próximas elecciones presidenciales. El 2013, en que se espera sea candidato nuevamente Fdo. Lugo. Pero es un hecho, el desorden y la des-legitimidad del proceso electoral paraguayo a pasado a formar parte de uno de los issues más importantes del último tiempo para latinoamerica.
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